Villa Devoto: cómo es vivir cerca de la última cárcel de la Ciudad
.Los vecinos se quejan porque afecta el valor de sus propiedades. Además, hay gritos y el movimiento constante de visitas y traslados. Por ahora, no hay posibilidad de mudarla.
.
Adentro o afuera?"
Los vecinos de Villa Devoto se enfrentan al mismo chiste cada vez que dicen dónde viven.
.
El penal, que ocupa un predio entre Bermúdez, Nogoyá, Desaguadero y Pedro Lozano, proyecta una sombra tan pesada que alcanza para estigmatizar a todo el barrio, aunque apenas represente una pequeña porción de éste.
.
Ese es el precio de albergar desde hace 80 años a la que, hoy, es la última cárcel que queda en Capital. Inaugurada en 1927 en un terreno donado por Antonio Devoto, ésta era una cárcel de contraventores dependiente de la Policía. Recibía condenados por ebriedad o vagancia.
.
"El Jefe de Policía podía condenarlos a hasta 30 días de prisión. Poco después, se empezó a alojar procesados.
.
Y en noviembre de 1957, la cárcel pasó a depender del Servicio Penitenciario Federal", cuenta el alcaide mayor Horacio Benegas, director del Museo Penitenciario.Al principio, sólo una verja circundaba la prisión.
.
"Los presos escapaban con facilidad", dice Benegas.
.
"Los chicos íbamos a jugar, —cuenta Carla, una vecina de Desaguadero y Pedro Lozano que ronda los 70—.
.
Ahí juntaba cardos para mis conejos.
.
Hasta que trajeron a otro tipo de presos y levantaron muros".
.
Hoy Carla sueña con que saquen la cárcel, algo que cada vez parece más lejano (ver La más...).
.
"Sería más barrio. Ahora después del fin del horario de visitas no queda ni un alma, los comercios cierran. Nadie quiere pasar por acá".
.
Entonces, sólo quedan los vecinos, que conviven con gritos, batucadas, camiones celulares y hasta con disparos.
.
Todos tienen algo para contar, aunque no se atreven a hacerlo dando su nombre completo. "Algunas personas son vengativas", justifica una comerciante que, dice, se ve perjudicada por un puesto de venta ilegal que familiares de presos instalan en la puerta de la cárcel en los horarios de visitas.
.
Estos últimos regulan el movimiento, cuyo epicentro es una fonda que está justo frente a la puerta principal del penal.
.
Allí las visitas dejan sus cosas antes de entrar.La situación se complica cuando hay escapes o motines. "Hay que tener todo cerrado —dice Carla—.
.
Me acuerdo de la primera fuga, en julio de 1940.
.
Se largaron de arriba con sábanas anudadas.
.
Papá salía a trabajar, pero lo hicieron volver y meterse en casa".
.
"En el 62 hubo otra muy grande —rememora Graciela, que vive sobre Nogoyá—. A uno lo agarraron en la terraza de mi casa".
.
El alcaide Benegas, que prestó varias veces servicios en Devoto, afirma que el barrio nunca estuvo en peligro.
.
"Aunque las fugas o los motines generan curiosidad y miedo en los vecinos", dice.Quizás por esto, nadie quiere mudarse a esa parte del barrio.
.
"A una cuadra de la cárcel el valor de los inmuebles baja: una casa de tres ambientes con lote propio, que en cualquier parte de Devoto vale entre 80 y 90.000 dólares, ahí hay que pelear para venderla a 65.000 o 70.000.
.
En esas cuadras vive gente muy vieja del barrio, que ya está acostumbrada a la cárcel", confían en Néstor Picone Propiedades.
.
"Estamos habituados, pero ser vecinos de la cárcel es deprimente —dice Graciela, señalando la vereda de Nogoyá—.
.
Está toda rota porque ahí paran los carros de asalto.
.
Vas a colgar la ropa a la terraza y te gritan cosas. Los peores no son los presos, sino los guardiacárceles, sobre todo cuando ven a una mujer sola".Sobre Desaguadero está el Club Atlético Lamadrid.
.
Cada vez que hay partido de fútbol, los presos miran la camiseta del equipo rival, cuelgan trapos de su color en las ventanas y le gritan los goles.
.
"Son contreras", dicen los hinchas del club "carcelero".
.
Hasta el año pasado, los alumnos de la Escuela Comercial 33, de Montecastro, hacían gimnasia en el club.
.
"Eramos chicas y nos traumaba un poco. Imaginate hacer abdominales con una platea de presos gritándote guarangadas", cuenta Karina, una ex alumna.
.
Gritar también es la forma de comunicarse entre los presos y sus familiares.
.
"¡Te amo!", "¡Esperame!".
.
"Nací acá y para mí los gritos son un arrullo", dice Marta, otra vecina.
.
También se oyen diálogos.
.
"¡Llamalo a Johnny!", le reclama una chica a un preso, que le grita
"¡Te quiero!".
"Yo lo quiero a Johnny, pero no lo tengo porque está ahí adentro", insiste ella.
.
El preso retruca:
"Yo sí lo tengo a Johnny: yo lo abrazo y lo beso".
.
Una de esas instantáneas de la cárcel de Devoto que ya no sorprenden a los vecinos.
.
Nora Sánchez
Clarin
.
La más superpoblada
.
En 2000, cuando se cerró la cárcel de Caseros, también se habló de desafectar la de Devoto.
.
Hoy, dicen en el Ministerio de Justicia, no hay proyectos al respecto y, por ahora, cerrarla es imposible.
.
Devoto es la cárcel más superpoblada: tiene capacidad para 1.600 internos pero aloja 2.170. Desde 2001, cuando albergaba 1.714 presos, su población viene en aumento.
.
Algo similar ocurre a nivel nacional.
.
En 2000 había 6.000 internos federales y ahora, 10.000.
.
El Gobierno está por construir cárceles en Mercedes (provincia de Buenos Aires), Güemes (Salta) y Coronda (Santa Fe).
.
La primera estará terminada en tres años. En el Ministerio de Justicia explican que entre las tres se incorporarán 3.500 plazas, que servirán para aliviar el hacinamiento de otras cárceles, entre ellas las de Devoto.
.
Pero dicen que no alcanzarán para cerrar esta última
.
Intimidación
.
Un fotógrafo de Clarín fue intimidado ayer, mientras hacía su cobertura para esta nota. Primero hizo tomas desde el auto, en Desaguadero y Nogoyá.
.
Un guardia de la cárcel, gritó desde su torre que no se podía.
.
En Bermúdez y Nogoyá, el fotógrafo se bajó y realizó más fotos desde la calle.
.
Esta vez, otro de los guardias recibió una orden por handy, cargó su escopeta e hizo un disparo al aire.
.
_______________________________
Sobremesa de domingo, hace no tantos años.
.
El padre relata, al tiempo que recuerda, cómo la ciudad ha cambiado.
.
Cómo, de pibe, jugaba a la pelota sobre la calle Melincué y sus baldíos, que todavía servían para divertirse, y que ya no son.
.
La cárcel de Devoto, otrora de simples contraventores, dio paso a un penal con detenidos por delitos graves.
.
Con los años y el crecimiento del barrio, el edificio se ha transformado en un monumento a la anacronía no sólo para los vecinos, sino también para los presos, que reclaman mejores condiciones de detención.
.
Los hijos o nietos de aquel hombre deberían poder contarle a los suyos cómo un día vieron irse a la vieja cárcel, y llegar al parque, donde ahora juegan a la pelota
.
Relatos de ayer y hoy
Germán Cervetto
No hay comentarios:
Publicar un comentario